Sobre Julio Chevalier

Joaquín Herrera, msc
15/11/2023

¿Su Fundador es santo?

Es ésta una pregunta que algunas personas nos hacen cuando nos llegan a conocer. Ciertamente, el fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón no es santo en el sentido de que esté canonizado. Se están llevando con paciencia los trámites para que un día sea oficialmente reconocido como tal. Pero, por ahora, nos tenemos que contentar con creer que “santo” es todo persona que vive unida a Cristo, en “gracia de Dios” decían nuestros mayores, esté viva entre nosotros en el tiempo o muerta que es estar viva en la eternidad. San Pablo, en alguna de sus cartas, llama “santos” a los que siguen a Cristo viviendo unidos a Él: “Saludad… a todos los santos que están con ellos” (Rom 16,15). “Os saludan todos los santos, especialmente los de la casa del César” (Flp 4,21-22. Cfr. 1Co 16,15; 2Co 13,12).

Cuando Julio Chevalier descubrió en el Corazón de Cristo que era amado particularmente por Dios con amor eterno, su vida fue un esfuerzo continuo para responder a ese amor. Era consciente de las palabras de la Sagrada Escritura: “Si estás decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba… porque así como el oro se purifica con el fuego, así también los que agradan a Dios pasan por el crisol de la humillación” (Ecle. 2, 1-5. Cfr. Rom 5,3ss; 1P 1,7). Una de las señales de santidad es la constancia en el seguimiento de Cristo a través de las pruebas de la vida. En esto Julio Chevalier fue un ejemplo. Pensemos un poco, presentando unas pinceladas, en los momentos en que puso en práctica la exhortación del Apocalipsis: “No temas por lo que vas a sufrir… mantente fiel hasta la muerte y te daré la corona de la Vida” (Ap 2,10s). ¿Nos animamos?

1.- Nacido en una familia pobre, con un padre panadero no muy “competente” ya que pronto se quedó sin trabajo.

2.- Tuvo que ponerse a trabajar de niño, como aprendiz de zapatero y le fue difícil el estudiar de un modo “normal” en la escuela.

3.- Encontró cierta oposición familiar cuando manifestó que quería ser sacerdote. La disculpa era la incapacidad de pagar sus estudios.

4.-Encontró, a través del párroco, un benefactor que le pagaría los estudios en el seminario y que daría trabajo a su padre. Ingresó en el seminario menor con unos 17 años, con poca formación académica. Sufrió el desprecio y burlas de sus compañeros mucho más jóvenes que él.

5.- De temperamento fuerte frenó el menosprecio de algunos, con una formidable bofetada se hizo respetar, pero tembló por las consecuencias que podía traer tal acción.

6.- En una excursión se precipitó por un barranco y lo daban por muerto. Oía, pero no podía moverse ni hablar. El temor de ser expulsado por su atrevimiento le estimuló a dominarse más.

7.- Sintió vacío en el seminario mayor por su austeridad y cierta severidad en el cumplimiento de los deberes, por diferencias económicas, así como dificultad en los estudios por falta de preparación anterior. Sin embargo, fue demostrando cierta actitud para el liderazgo en la fundación de los “Caballeros del Sagrado Corazón”, organización interna estudiantil en la casa de formación diocesana. El descubrimiento de la espiritualidad del corazón fue cambiando su vida hasta llegar a ser un hombre considerado como amable, compasivo, misericordioso, constante, fuerte y tierno a la vez.

8.- En los formadores pesaba más su piedad y entrega que sus frutos académicos. Podría ser un buen cura en las montañas perdidas de la Diócesis.

9.- Fuerte oposición del rector del seminario a su deseo de ser misionero más allá de las fronteras de la patria.

10.- Separación de la familia al manifestarles que se hacía sacerdote no para solucionar la economía de la familia, sino para servir a Dios. De hecho, en su biografía poco se menciona a su familia y no aparece una fuerte relación con ella.

11.- Ordenado sacerdote fue destinado a parroquias rurales apartadas y en poco tiempo a Issoudun, pueblo indiferente a la fe y que se consideraba en el clero como difícil.

12.- Oposición total del cabildo catedralicio y su Obispo a autorizarle a fundar una Congregación.

13.- Con la intercesión de la Virgen María, logra cumplir los requisitos impuestos por el Obispo. Este cede para ser fiel a su palabra ante la oposición de la mayor parte de su Consejo.

14.- El 8 de diciembre es la fecha de inicio de la Congregación, Sin medios, con una capilla pobre que se derrumba en poco tiempo. El compañero de Chevalier, el P. Maugenets, intelectual y bien dotado, es enviado a la catedral por el Obispo, Julio se queda sólo con el P, Piperon. Durante mucho tiempo el grupo no crecía. ¿Sería la voluntad de Dios que subsistiera? ¿Era obra de hombres o acción de Dios?

15.- El día de la coronación de la imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Julio recibe una nota de Roma en la que solicita aclaraciones sobre el título y la imagen. Dificultades surgidas en Polonia y Roma por intereses diversos. La alegría de Julio se convertía en ese importante día en preocupación, tensión y angustia.

16.- Varios sacerdotes mayores ingresados en la Congregación quieren imponer sus líneas al fundador, Éste afrenta la situación con energía y dolor.

17.- Uno de los primeros Consejos que tiene Julio está completamente dividido con varios miembros en contra por completo al Fundador. La tensión es grande ya que frenan toda intuición de Chevalier. Oposición total a fundar en Nueva Zelanda, en el fondo, a las misiones al exterior de Francia.

18.- Los enemigos internos y externos llenan de cartas en contra del Fundador diversas entidades del Vaticano. Éstas pesan en el proceso que se lleva sobre una posible beatificación.

19.- Un grupo de jóvenes canonistas de la Congregación, formados con ayuda de Chevalier en Roma, se ponen a buscar motivos para sacar a Chevalier de su cargo de Superior General, creando una división enorme en la “pequeña sociedad”. Varios dejan la Congregación y algunos vuelven a la misma más tarde. Julio veía como por malas interpretaciones la obra se derrumbaba.

20.- Tuvo que prescindir de su “pequeño sacerdote”, como llamaba él al P. Victor Jouet, su mano derecha y gran impulsor de la Congregación y del título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, para, como chivo expiatorio, calmar la situación de rebeldía interna.

21.- Al final de su vida vivió con intensidad la persecución religiosa, la desamortización de los bienes de las Congregaciones y la expulsión de los religiosos de Francia. Una nueva impresión dolorosa sobre el futuro de la Congregación.

22.- Pudo quedarse en Issoudun, en la parroquia, desde donde colaboró en parte al sostenimiento de la Congregación en diversos países.

23.- No pudo asistir a la despedida de los primeros misioneros hacia Papua-Nueva Guinea, que partían de Barcelona hacia lo que Julio consideraba uno de los tesoros de la Congregación: Las misiones ad extra, ideal que tenía desde joven seminarista.

24.- Expulsado de su casa, moría en casa ajena el 21 de octubre de 1907. Despojado de todo.

Desde luego, la vida de Julio Chevalier no fue nada fácil.  Se cumplió en él el dicho bíblico: “Dios a los que más ama, más prueba” o en palabra del Apocalipsis: “Yo a los que más amo, los reprendo y corrijo” (3,14). Viendo la constancia y perseverancia en lo que creía era la voluntad de Dios en su vida, su capacidad de perdón a los que fueron contra él, no dudamos que Julio podría hacer suyas las palabras del apóstol que admiraba: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí: Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo”. (1 Co 15,10)

Viendo su vida de amigo de Jesús, convencido de su amor, descubriendo en su Corazón traspasado la fuerza para crear algo nuevo, deseoso de que todo el mundo conociera el amor de Dios revelado en el Corazón de su Hijo, somos de la opinión de que está con el Señor en su Reino. Esperamos que un día, no muy lejano, la Iglesia lo reconozca como santo oficialmente.

De Julio Chevalier, el hombre con una misión, el apasionado y enamorado del amor de Dios que experimentó en su vida cotidiana, se podría afirmar que se hace realidad el dicho de la sabiduría popular: “eres lo que amas”.

Como Pablo podría afirmar: “Ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí… vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí”.   Y Chevalier intentó de veras responder a este amor porque `amor con amor se paga´.